Las semillas de calabaza son ricas en triptófano, que es un aminoácido esencial que ingresa al cuerpo con los alimentos y se convierte en serotonina, y luego en melatonina.
Las hormonas mencionadas anteriormente son responsables de nuestro buen humor, sueño reparador, reducción de la ansiedad y alivio del estrés.
Fortalecen las membranas de las células cerebrales y preservan la salud de nuestras uñas y cabello. Ayudan a nuestro cuerpo a absorber fácilmente las vitaminas liposolubles.
El aceite de semilla de calabaza calma las paredes del estómago, por lo que se recomienda para la prevención y tratamiento de la gastritis.
La vitamina A, preservada en el aceite, ayuda a mantener una buena visión y previene la sequedad ocular, mientras que la vitamina E fortalece la respuesta inmune y ralentiza el proceso de envejecimiento.
Tiene un sabor exquisito y un aroma delicado
No recomendamos usar aceite prensado en frío para preparaciones y frituras, porque el calor minimiza sus propiedades útiles.
Aceite prensado en frío
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